Y así entró en la clínica Obesidad Almería. “Es un equipo muy agradable, tienen mucha preparación. Yo tenía mucho miedo a meterme en quirófano pero cuando llegué allí y hablé con ellos se me despejaron todas las dudas”, asegura y añade que no las tuvo porque “son muy profesionales, tienen mucha experiencia y preparación y se han portado muy bien antes, durante
y después de la intervención”.
Actualmente, sigue acudiendo a revisión periódica, aunque la frecuencia de visita a Obesidad Almería es menor que poco después de ser operada. Hace tiempo que redujo su peso en 50 kilos (antes de la intervención pesaba 110 kilogramos) y ahora asegura que se pesa cada semana para llevar un control. Cualquier duda que tiene la puede poner sobre la mesa de los profesionales de
Obesidad Almería (tres cirujanos, enfermera y anestesista) y se resolverá de inmediato con el fin de ayudarle en su nueva vida: más saludable y, sobre todo, de mayor calidad en todos los sentidos. El postoperatorio le fue de fábula.
“Recuerdo que llegué a casa después de varios días en el hospital y bajé andando a comprar unos medicamentos a la farmacia. Fantástico”. A María Dolores le ha beneficiado mucho, dice, psicológicamente. “La operación de obesidad ha sido buena para mi cuerpo y para mi mente. Yo estaba muy mal psíquicamente. Sabía que la operación me iba a venir bien pero si llego a saber que me iba a venir tan bien, lo hubiese hecho mucho antes”, asegura. Familia
Uno de sus principales apoyos ha sido el familiar. “Mis hijos siempre andaban detrás de que hiciera ejercicio y me cuidara. Ahora bromeamos cuando vamos a un bar o un restaurante y en la silla cabemos el bolso y yo. Antes era imposible”, bromea. El concepto ‘ir de tiendas’ ha cambiado, igualmente, de manera radical para María Dolores. “Ahora vas de tiendas y te caben las cosas, vas a comprar ropa interior bonita, pantalones estrechos, ….” y también acude a practicar deporte en el gimnasio. “Antes era la más gorda y ahora
soy de las más delgadas”, dice, y asegura que le encanta practicar deporte cuando su agenda se lo permite.
Años de dietas, deporte, una nueva dieta, una nueva actividad física… a María Dolores López nada le daba resultado para perder peso. No lo conseguía. “Siempre he sido gordita, pero durante los últimos ocho años había ganado
más peso y tenía en mente la opción de operarme”, reconoce.
Tomó la decisión definitiva en 2013 y en febrero de 2014 pasó a quirófano. Buscó al equipo a conciencia. “Tenía varias amigas a las que había operado el Dr. Ferrer Ayza y el resultado había sido fantástico, así que no pensé ponerme en otras manos”, recuerda.